¿Qué es lo que une y define a Europa? ¿Cuál es su característica más señalada? La guerra. Es el signo de identidad de Europa y de los europeos. La historia de Europa es la historia de sus guerras y de sus apestosos Estados soberanos. Y es que Estado y Paz, son incompatibles. Por poder, por prestigio, por dinero, todos los Estados intentan ejercer su influencia, dominar territorios, recaudar tributos. Los Estados son expansionistas, y cuando no lo son, es porque algo los detiene. Andorra o Mónaco, por ejemplo, no se expanden por culpa de sus vecinos, aunque hacen lo que pueden. Hasta ahora lo que ha detenido a muchos otros Estados de formar sus respectivos Imperios, es el dólar. Y es que la economía mundial funciona de una manera muy curiosa en torno al dólar.
Seguir leyendo Los Dólares, el Mundo, y la Identidad EuropeaArchivo de la categoría: Opinión
Sonrisas y estulticia
Cuando alguien asegura que es abiertamente feliz, alguien como el que subscribe , tan negativo, tan frustrado y tan nihilista, no puede por menos que fruncir (aún más) el ceño. La primera reflexión es que, a poco que uno tenga un mínimo de conciencia, y de consciencia, no me cabe en la cabeza cómo puede uno abrazar sin más la felicidad de un modo tan simple e irreflexivo. Se me dirá que si la gente quiere repetir ante el espejo, con una sonrisa de oreja a oreja, que su vida se muestra pletórica de alegría y felicidad, allá cada uno. Claro, pero es que alguien tan amargado como yo, no solo no puede aceptar sin más semejante simpleza narcótica, además creo que el problema es un poquito más profundo. La exigencia de felicidad, junto a ese engendro pseudopsicológico denominado «filosofía positiva», no solo es uno de los más terribles síntomas de la progresiva idiotización social que sufrimos, también es fácilmente reconocible como algo generado por el sistema en que vivimos y que sufrimos. No hace falta que pongamos nombre a dicho sistema, productivista y consumista hasta la nausea, pero que da lugar a tantos problemas sociales, económicos y psicológicos, que uno no entiende cómo podemos continuar de forma pertinaz por el mismo camino, tantas personas de forma acrítica y con una obligada sonrisa en el rostro.
Los valores del imaginario anarquista
Lejos de todo tipo de determinismo, ni el que insiste en condiciones objetivas y económicas, ni el que se alimenta de toda voluntad poder, los movimientos anarquistas trabajan por un imaginario social opuesto a toda forma dominación en el que las personas se involucren en los procesos sociales instituyentes (con la permanente crítica a lo instituido).
La OTAN sin USA
Llevan décadas las izquierdas verdaderas pidiendo que se salga España de la OTAN y que se quiten las bases militares de EEUU del sagrado territorio nacional. Y ahora resulta que EEUU de la mano del señor Trump, dicen que en la OTAN se ha acabado vivir del cuento. Que EEUU, que es la potencia mundial con el mejor ejército, las mejores armas, bombas atómicas y un montón de dinero, deja de dar la cara por polacos, finlandeses o lituanos. Y, claro, los izquierdistas afirman que Rusia no es ningún problema, que es un país pacífico, con el que podemos establecer relaciones de amor y fraternidad. La culpa de todo la tiene la OTAN….
Es verdad. El problema no es Rusia, no, para nada. Ni el problema es la OTAN. El problema es Europa, que es un polvorín.
La industria del holocausto
Mientras los palestinos mueren hoy en día en Gaza, masacrados por el Estado de Israel, resulta llamativa la cantidad de cultura popular (el cine, mayormente) que sigue recogiendo el horror del holocausto producido, mayormente, sobre el pueblo judío (aunque sea ya un lugar común aclararlo, no solo contra los judíos). Solo en el momento en que escribo estas líneas, en la cartelera española se encuentran los films The Brutalist, premiada obra que hay quien ha calificado de propaganda sionista más o menos justificadora de que cualquier medio sería válido para construir la nación israelí (aunque sea con la sangre de otros), Lee Miller, sobre la fotógrafa de moda que acabó yendo al frente de guerra para recoger en imágenes los desmanes del Tercer Reich, o A Real Pain, situada en la actualidad, con tono de comedia, en la que dos jóvenes recorren Polonia recuperando la memoria sobre sobre el holocausto producido sobre sus ancestros. El paradigma de la obra fílmica más efectista sobre el tema lo constituye quizás La lista de Schindler, firmada por el a menudo sensiblero y superficial Steven Spielberg. El pianista, de Polanski, aporta en cambio algunos interesantes matices sobre la actitud (humanamente comprensible, dado el horror) de parte de la comunidad judía sin caer en ese atroz maniqueísmo. Si echamos un vistazo atrás, todos los años hay un bombardeo constante sobre la misma temática y, ojo, no digo que me parezca mal a priori siempre y cuando se denuncien todas y cada uno de las matanzas y opresiones originadas en autoritarismos de diversa índole.
Seguir leyendo La industria del holocaustoLos derechos de las mujeres en crisis
Existe una sensación, con sustento real en algunos países, de catástrofe, de que los derechos conseguidos pueden retroceder e incluso desaparecer. No digo que los derechos no estén en peligro, pero creo que debemos abandonar esa visión catastrofista y enfocar bien dicho peligro y, sobre todo, cómo afrontarlo1.
Seguir leyendo Los derechos de las mujeres en crisisPasiones de diversa condición
Continúo en mi pertinaz empeño de tratar de arrojar algo de luz sobre la condición humana y la deriva moral de la civilización que hemos construido. Un poco pretencioso, pero en este momento no tengo nada mejor que hacer. Habrá quién señale la paradoja de un tipo pretendidamente nihilista, y asumo la crítica de aquel que lo observe como una mera pose enrabietada en permanente tensión con cierto afán libertario, que por otra parte no para de lanzar moralismos varios. Así es, y es que si cierto reducto de mí persona se proclama sin rubor nihlista lo es, no por carecer de principio moral alguno, como el vulgo a veces quiero observar dicha condición, sino por considerar que es necesario destruir los valores instituidos para que, con suerte, algo mejor germine. Creo que, con ello, recojo de forma nada modesta el legado de alguien tan malinterpretado como Nietzsche, pero tampoco me hagáis demasiado caso al respecto, no vamos a ponernos demasiado intelectuales. Otro pensamiento reivindicable, y convenientemente distorsionado, es el del enérgico y bienintencionado Bakunin cuando afirma cosas como aquello de que la pasión destructora es también pasión creadora. No sé si tal aserto es generalizable, pero estoy seguro de que se aplica a las intenciones constructivas y loablemente transformadoras del gigante anarquista, que luego continuaron ácratas posteriores con encomiable esfuerzo. Pero, insisto, no divaguemos con reflexiones que, no digo que sea mi caso, alguno considerará meramente filosóficas. Vamos a lo práctico y situémonos en el milenio actual, transcurrido casi un cuarto del siglo XXI, que hace tiempo sonaba a ficción científica.
El anarquismo y el cambio revolucionario
¿Qué significa el término ‘revolución’ hoy en día? Si bien, es obvio, que el significado social y político tiene su importancia histórica, en la actualidad parece haberse desterrado, en gran parte del imaginario de la gente, la posibilidad de un gran cambio revolucionario.
Cosas de creyentes en los Estados
Con esto de la Nueva Era Mundial, me quedo muchas veces perplejo. Por ejemplo, me pongo a ver algo que sea serio, un debate en el programa de este tío… ¿cómo se llama aquel que fue vicepresidente y dimitió? Joder, que no me acuerdo (1)… Pues habla de Trump y de los aranceles, y llega a la siguiente conclusión: que la subida del 25% que anuncia Trump, la van a pagar los consumidores estadounidenses. Tomo nota: Trump toma malas decisiones. A continuación hablan los tertulianos progresistas de las contramedidas de China, que va a subir a su vez los aranceles a productos americanos un 10%… Es decir, que China toma medidas adecuadas de respuesta, y entonces pienso… ¿A los chinos no les van a cobrar el sobrecoste o cómo es eso?
Seguir leyendo Cosas de creyentes en los EstadosComo acabar de una vez por todas con la kultura
La llamada izquierda, sea lo que sea lo que signifique eso a estas alturas, siempre ha tenido una confianza exacerbada en la cultura como herramienta emancipadora. Esta afirmación, que corresponde más bien a la llamada modernidad, hoy que dicen que estamos en una sociedad posmoderna, es digna de ponerse en cuestión. Y no lo digo porque no haya infinidad de militantes progresistas, sea lo que se lo que eso venga a significar, que no crean honestamente que el enriquecimiento cultural genera una nueva conciencia en las personas, lo cual dará lugar a la nueva sociedad y bla, bla, bla. Veamos por qué digo lo que digo. Yo mismo, aunque hubiera sido mucho más feliz de otro modo, que he sido un ingenuo izquierdista y he tenido una serie de descacharrantes inquietudes intelectuales desde temprana edad, muy vinculadas encima a la reflexión política, me he encontrado con un muro de hormigón cuando he tratado de profundizar en según que cosas y he corrido alborozado a mostrarles la luz a los demás. Cuando digo los demás, no me refiero a un minoría a modo de vanguardia intelectual, no, me refiero al pueblo llano (que uno ha tratado a veces).
Seguir leyendo Como acabar de una vez por todas con la kultura