Nos lamentamos mucho las y los anarquistas, de manera quizá pertinazmente reiterada, pero la mayor parte de las veces con razón, de las muchas falsedades que se han vertido sobre nuestras ideas y prácticas. De hecho, la Real Academia Española, por decirlo con delicadeza, no resulta muy afortunada en su definición de anarquismo. Dejaremos a un lado la segunda acepción, una suerte de pleonasmo que plasma un absurdo como «Movimiento social inspirado por el anarquismo», y nos centraremos en la primera. En la misma, se asegura lo siguiente: «Doctrina que propugna la supresión del Estado y del poder gubernativo en defensa de la libertad absoluta del individuo». Resulta imposible en la insigne institución lingüística mayor imprecisión, por no hablar de mera mistificación, con tan escasas palabras. No queda clara la sociedad a la que aspiran los anarquistas, hubiera sido tan sencillo como aclarar que desean «una sociedad exenta de cualquier forma de dominación» (por lo tanto, no se oponen solo al Estado y sus instituciones coactivas), ni podemos subscribir desde ninguna perspectiva libertaria, incluso yo diría que tampoco desde la tradición más ferozmente individualista, ese despropósito filosófico de una «libertad absoluta del individuo». Nos sirve la errada e irritante acepción de la RAE, al menos, para profundizar en unos cuantos conceptos libertarios en la actualidad, más que nunca, extremadamente confusos.
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Anarquía y anarquismo
Acotaciones al libro: Anarquismo no fundacional de Tomás Ibáñez.
En el excelente libro de Tomás Ibáñez, el anarquismo no fundacional, parece ser, la exposición clara de una transfusión filosófica que se les está aplicando a los anarquismos, para revitalizarlos y dotarlos de mayor energía. También es calificado el anarquismo no fundacional de «antídoto» (p.15) contra el fundacionalismo, contra toda lógica de poder y es considerado, efectivamente, como un fármaco o un reconstituyente. Pero como la palabra pharmakon en griego quiere decir tanto remedio como veneno, lo cual depende de la dosis, hay que aplicarlo: «tratando de no reproducir en la lucha aquello mismo que se pretende combatir» (p.15). El anarquismo requiere una renovación, pero no tal que destruya, sino que amplíe y renueve sus perspectivas integrando lo ya alcanzado con anterioridad.
Seguir leyendo Anarquía y anarquismo«Anarquismo versus liberalismo. ¿Un abismo infranqueable?» (prólogo del libro)
Suelen mencionarse como dos las corrientes políticas y filosóficas que marcan el desarrollo de la modernidad, socialismo y liberalismo; sin embargo, el engaño de tal aseveración estriba en la marginación de una que, aunque ello precise de muchos matices, puede observarse como una síntesis de ambas. De esa manera, como afirma el sociólogo Christian Ferrer, podrían ser tres las filosofías modernas con aspiración emancipatoria: liberalismo, marxismo y anarquismo; particularmente, creo que son muchas las diferencias que separan las ideas libertarias de las marxistas, mientras que de las ideas liberales no podían aceptar bajo ningún concepto que la libertad política y la justicia económica fueran irreconciliables. Es por eso que, una de las tesis de este libro, es que la anarquista es la más compleja concepción de la libertad que ha dado la modernidad. Es cierto que las ideas libertarias, proudhonianas o bakuninistas en origen, nacen o al menos se desarrollan inicialmente como una corriente socialista en la Asociación Internacional de Trabajadores, pero pensamos que van mucho más allá y una muestra de ello sería la temprana ruptura con la rama marxista, por incompatibilidad entre medios y fines, por realizar la doctrina de Marx demasiado hincapié en la liberación obrera, pero también por la fe que depositaban los libertarios en la autonomía individual y en el criterio y la responsabilidad personales.
Seguir leyendo «Anarquismo versus liberalismo. ¿Un abismo infranqueable?» (prólogo del libro)¿Falta de «humanidad»?
Recientemente, en cierto contexto (muy concreto, pero que no viene al caso aclarar), una persona me acusó de lo que reza el título de esta entrada dentro de este superlativo blog: falta de «humanidad». Bien, adelantaré que hace tiempo que procuré poner cada opinión ajena sobre mí, sin tomármelo demasiado a pecho a nivel personal (un signo, tal vez, de inmadurez y/o de excesiva fragilidad), en su debido lugar. No diré tanto como que no me importan según qué opiniones, a pesar de ser uno un lúcido ácrata de tendencias nihilistas (o, de forma falsamente paradójica, precisamente por eso), pero siempre es bueno contextualizar y profundizar. Así, aclararé en primer lugar que me preocupa dicha opinión, ya que las circunstancias me empujan a tener cierta interacción, incluso cotidiana, con la persona en cuestión. A buen entendedor… Se trata de una persona con la que, muy probablemente, mi camino nunca se hubiera cruzado si fuera exclusivamente por nuestros caracteres y, sobre todo, por nuestros imaginarios (ambos, muy distintos). Muy probablemente, la elección del epíteto en cuestión fue algo precipitado y hubiera sido mucho más ajustado otro término más concreto, pero miremos lo que dice el diccionario de esta lengua tan peculiar tan hablada en este inefable país y en tantos otros lugares del mundo. Así, como era previsible, nos encontramos con hasta nueve acepciones del vocablo «humanidad». Pasaremos por alto la primera, que alude a algo tan cuestionable como «naturaleza humana» (enfrentándonos con ello, con plena consciencia, al dogmatismo religioso), la segunda, que aclara una cosa tan obvia como el «género humano» (al que pertenezco, a pesar de las acusaciones, para bien y para mal), y también la tercera, describiendo simplemente un «conjunto de personas».
Seguir leyendo ¿Falta de «humanidad»?Cristina Morales: “El anarquismo es un liberalismo radical y perfeccionado”
No ha sido fácil ‘cocinar’ esta entrevista. A Cristina Morales (Granada, 1985) le mandas un mail y te lo puede responder diez días después, algo inaudito en la época de la hipercomunicación acelerada. Del whatsapp prefiere no saber nada. Y de las llamadas… No parece que haya ni descortesía ni cálculo en su blindaje sino simplemente una inspiradora manera de estar en el mundo, que no comulga con muchas de nuestras interiorizadas rutinas y que, con valiente coherencia, lo hace saber.
Seguir leyendo Cristina Morales: “El anarquismo es un liberalismo radical y perfeccionado”Albert Camus, prácticas y experiencias políticas de juventud
Albert Camus nació en 1913 en la comuna de Dréan, en la zona oriental de Argelia, durante el dominio colonial francés. Era un pied-noir, descendiente de colonos europeos, en su mayoría franceses, aunque también había familias de origen español, como la de su madre, Catherine Helena Sintes, una mujer humilde y analfabeta. Su padre, Lucien Camus, trabajaba como vendedor de vino en la zona. El matrimonio tuvo dos hijos, Lucien Jean Étienne, nacido en 1910, y Albert, quien llegó al mundo en 1913. Sin embargo, la felicidad familiar duró poco, ya que Lucien fue movilizado en septiembre de 1914 en el contexto de la Primera Guerra Mundial y murió poco después a causa de las heridas de guerra en octubre de ese mismo año, cuando Albert tenía solo un año de edad. Este hecho marcó profundamente la vida y la obra de Camus, quien siempre mantuvo una relación compleja y dolorosa con la figura paterna ausente y con la guerra en general.
Seguir leyendo Albert Camus, prácticas y experiencias políticas de juventudPueblo y Estado, un antagonismo permanente
La ineptitud y la negligencia de que han hecho gala la mayoría de administraciones públicas frente a la DANA del 29 de octubre (en realidad solo se podría excluir parcialmente a algunos ayuntamientos que, teniendo pocas responsabilidades en el tema de alarmas y menos medios para responder a ellas, han actuado mucho mejor que los gobiernos de Valencia y Madrid) en contraposición con la generosidad y espontaneidad con que la ciudadanía ha reaccionado desde las primeras horas de la tragedia ha provocado que el viejo y casi olvidado lema de «solo el pueblo salva al pueblo» se recupere en manifestaciones y pintadas callejeras.
Seguir leyendo Pueblo y Estado, un antagonismo permanenteLa historia se repite, primero como farsa, luego como tragedia. Por qué los demócratas son responsables del regreso de Donald Trump al poder
Al hilo del triunfo de Donald Trump en las pasadas elecciones en EEUU de principios de noviembre, compartimos este interesante artículo, escrito por el colectivo anarquista Crimethinc, que hemos traducido del inglés y resumido, sobre la responsabilidad del Partido Demócrata en su victoria. Y es que la alternativa a Trump, lejos de confrontar con sus ideas más reaccionarias, las integró en su programa
Seguir leyendo La historia se repite, primero como farsa, luego como tragedia. Por qué los demócratas son responsables del regreso de Donald Trump al poderLa revolución de Rojava en la encrucijada siria
Resulta incomprensible que haya quien no se alegre del fin de una dictadura en cualquier lugar del mundo, con seguridada, solo inicuos botarates amantes de políticas autoritarias centralizadoras. En el caso que nos ocupa, en Siria, de más de medio siglo, y con una guerra que ha durado la friolera de 13 años. El que estaba al frente del régimen autocrático, Bashar Al Alshad, se encuentra al parecer refugiado en Rusia, mientras salen a la luz los enormes crímenes, además de la falta de libertades que ha sufrido la población siria, cometidos durante ese periodo. Dicho esto, resulta incierta la situación ante lo que representa la fuerza que entró en Damasco tras la caída, la denominada Hayat Tahrir al-Sham, ya que se ha señalado su naturaleza islamista, y que ya ha anunciado que no tardará en formar gobierno. Las diversas potencias extranjeras, monstruosos Estados-nación con aspiraciones imperalistas (todas nocivas) siempre han tratado de influir en Siria; si Al Assad tenía aliados tan poderosos como Rusia e Irán, la cosa ahora ha cambiado radicalmente y la fuerza que puede finalmente encabezar el Estado tiene a Turquía, que parece que quiere resucitar el imperio otomano, como uno de sus principales socios. Erdogan, inicuo presidente turco, ha sido uno de los azotes del pueblo kurdo, que ha llevado a cabo una encomiable revolución en el noreste del país conocida como Rojava.
Seguir leyendo La revolución de Rojava en la encrucijada siriaSalud mental y género. En defensa de la complejidad
La salud y la enfermedad no están distribuidas de manera uniforme en la población, ni en la dimensión de lo físico ni en la dimensión de lo mental. Hay una disparidad considerable entre las clases sociales y también entre los géneros. Alguien que nace en la clase social más alta vive una media de siete años más, aproximadamente, que alguien que nace en la clase social más baja.1 La falta de educación (sobre todo sanitaria), trabajar muchas horas y hacerlo en condiciones estresantes o peligrosas, el aislamiento y la exclusión social, la contaminación, la alimentación basura, el desempleo, la pobreza energética, la falta de aplicación de las normas de seguridad en el trabajo, el consumo excesivo de tabaco, alcohol, drogas, la asistencia médica insuficiente, todo ello evidentemente afecta a la salud, no solo física sino también mental. Las personas sometidas a carencias y desventajas necesitan tener una constitución más sólida de base, una capacidad mucho más elevada de tolerar la frustración, para conservar su equilibrio psíquico.
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