Archivo de la etiqueta: Historia

El ateísmo contra el pensamiento religioso: los orígenes

El debate sobre la naturaleza y designios de la divinidad, a lo largo de la historia, ha supuesto entregas tremendamente entusiastas. Fernando Savater ha considerado tres actitudes básicas sobre esta cuestión: en primer lugar, la de quienes han considerado como inverosímil, inconsistente o falsa de cualquier modo la creencia en uno o varios dioses; en segundo lugar, la que precisamente considera que la fe en Dios consiste en creer en un ser invisible con rasgos incomparables a cuanto conocemos o podemos comprender; en último lugar, están aquellos que aceptan la divinidad como el esbozo todavía impregnado de mitología de un concepto supremo que sirve para pensar el conjunto de la realidad.

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Entrevista a Rafael Buhigas: «Queda mucho por saber para poder afirmar en qué medida los gitanos aportaron al movimiento anarquista algunos de sus saberes y conocimientos»

Rafael Buhigas es graduado en Historia por la Universidad Complutense de Madrid y Máster Interuniversitario en Historia Contemporánea por este mismo centro. Recientemente ha publicado el ensayo Una reflexión sobre el anarquismo gitano (Calumnia Edicions, octubre 2023), que aborda la relación entre los gitanos y el anarquismo.

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El poder político y el desarrollo cultural

Aunque no siempre lo veamos expresado de esa manera, no podemos estar más de acuerdo con Rudolf Rocker, el anarquismo es la gran síntesis entre liberalismo y socialismo. Las dos grandes corrientes producidas a partir de la Revolución francesa confluyen en el ideal libertario. Ello se produjo cuando determinados autores observaron que «la cuestión social» no se resuelve con cambios de constitución ni de gobierno, y sí llegando al fondo del problema.

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Eugène Lanti y el movimiento anacionalista

Eugène Lanti (1879-1947), pseudónimo de Eugène Adam, fue un anarquista, nacido en Normandía, vinculado al movimiento obrero esperantista y al concepto del anacionalismo, en el que profundizaremos en el siguiente texto.

Hay que decir que Lanti, término que deriva del apodo francés «L’anti tout» (el anti-todo), no es una figura demasiado conocida en la historia del anarquismo; del mismo modo, el movimiento político llamado «anacionalismo», que aspiraba a eliminar el concepto de nación (criticando con ello, incluso, al Internacionalismo obrero) no es recordado ni siquiera mencionado en las principales obras sobre cuestión nacional. Es por eso que hay que agradecer a Bernat Castany Prado, cuyos artículos seguimos para elaborar esta entrada, el dar a conocer a Lanti y sus ideas. Este autor, vinculado en un inicio al Partido Comunista Francés, no tardará en comprender que el comunismo soviético no era más que un capitalismo de Estado y un monstruo burocrático controlado por una nueva elite. Será después de la Primera Guerra Mundial cuando Lanti se una al movimiento esperantista, al considerar que esta lengua universal podría superar el concepto de nación, y llegará a fundar la Asociación Anacional Mundial (SAT, según sus siglas en esperanto: Sennacieca Asocio Tutmonda). Seguir leyendo Eugène Lanti y el movimiento anacionalista

Entrevista a Laura Vicente Villanueva acerca de su libro «Teresa Claramunt, pionera del feminismo obrero anarquista»

Teresa Claramunt nació en Sabadell en 1862 y desde niña trabajó en la industria textil por lo que experimentó en primera persona las jornadas extenuantes, los bajos salarios, las pésimas condiciones laborales y los conflictos sociales. Desde muy joven inició su activismo en pro del anarquismo y la defensa de las mujeres, temas fundamentales a lo largo de su trayectoria como propagandista, junto con el anticlericalismo, el acceso a la cultura o el antimilitarismo. Su falta de formación académica no impidió que sus mensajes, tanto en sus discursos como en sus escritos, apelaran a mucha gente que se sentía reconocida, valorada y defendida. A pesar de ser objeto de constante persecución, nunca abandonó la lucha por lo que calificó como “una sociedad más justa, más bella, más humana, que hemos dado por llamar la sociedad anarquista, ácrata o libertaria”; incluso enferma e inmovilizada, hasta el fin de sus días (11 de abril de 1931), estuvo difundiendo entre quienes la visitaban el ideal anarquista.

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La negación de toda necesidad histórica

Resulta curioso que los anarquistas, o al menos gran parte de ellos, a pesar de su repulsa a toda dominación, hayan analizado que la llamada «voluntad de poder» es uno de los estímulos más fuertes en el desenvolvimiento de la sociedad humana. A pesar de su importancia, y de ser de alguna manera la esencia del socialismo, se critica la rígida visión de Marx, según la cual todo acontecimiento político y social es únicamente el resultado de las condiciones económicas.

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Librepensamiento, ayer y hoy

Identificar mero ateísmo con librepensamiento nos conduce a no pocas objeciones y problemas. Hay que distinguir entre la figura de un librepensador, propia de los siglos XVIII y XIX y lo que hoy podemos considerar que eso significa. Creemos sinceramente, y de una manera también ferozmente autocrítica, que desde posiciones ateas, lo que entendemos por un movimiento ateo combativo con la religión y más o menos organizada, se produce con cierta asiduidad esa ambivalencia de pretender ser progresista y librepensador y hacerlo únicamente desde posiciones, quizá no superadas, pero sí necesitadas de ser puestas al día conforme a nuevos discursos que resultan de lo más cuestionables. 

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El amanecer de todo: una nueva historia de la humanidad

El amanecer de todo: una nueva historia de la humanidad es un libro editado en España en 2022, escrito por el antropólogo David Graeber y el arqueólogo David Wengrow; al parecer, fue editado por primera vez el año anterior, en octubre de 2021, en Reino Unido. Principalmente, esta monumental obra critica esa visión ortodoxa de la historia de la humanidad, desarrollada desde el primitivismo hasta la civilización, según la cual el proceso civilizatorio sería consustancial a la desigualdad social y desembocaría, para bien y para mal, en el capitalismo y la construcción del Estado-nación. La obra nos demuestra que tal tesis, sostenida por autores muy populares entre los que se encuentra por ejemplo Yuval Noha Harari con su conocido libro Sapiens. De animales a dioses, es un lugar común no probado por la evidencia arqueológica y antropológica y, en cambio, da datos para intuir que muy probablemente ha habido en el pasado sociedades complejas descentralizadas.

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Voltairine de Cleyre

Voltairine de Cleyre (1866-1912), una mujer estadounidense algo olvidada dentro del rico universo libertario, una activista y escritora de gran talento. Su nombre, por cierto, se debe a que su familia era de origen francés y su padre era un gran admirador de Voltaire. En un primer momento, si bien coqueteó con otras ideas, sería por ejemplo admiradora de Thomas Paine, uno de los representantes más progresistas del liberalismo en Estados Unidos, pero sería la ejecución de los llamados mártires de Chicago uno de los factores que la llevó al anarquismo y a colaborar con Benjamin Tucker en su periódico Liberty; como muestra de su visión libertaria amplia, fue también una gran admiradora de Thoreau. De 1889 a 1910, permanecería durante la mayor parte del tiempo en Filadelfia y allí conocerá a James B. Elliot, librepensador, con el que tendrá un hijo. Ejerció de profesora, traductora y propagandista anarquista en los círculos judíos, con innumerables escritos, una labor que se ha comparado a la de Rudolf Rocker.

Se ha señalado a Voltairine como la otra gran mujer, junto a Emma Goldman, dentro del anarquismo estadounidense. Sin embargo, no podían ser personas más diferentes y, podemos aceptar a priori, pero más adelante veremos que el asunto tiene muchos matices, que ambas representen dos tendencias dentro del anarquismo, aparentemente antagónicas, pero obligadas a entenderse, como son el anarcoindividualismo y el comunismo libertario. Emma escribió un artículo donde describió a Voltairine como “la mujer anarquista más dotada y brillante que ha producido América”, describió sus vidas y esfuerzos como unidas a menudo por la causa libertaria, a veces en armonía y otras en oposición.

A su vez, Voltairine defendió a Emma Goldman de manera enérgica aun aceptando sus diferencias; de hecho, como podemos observar en la entrada de Wikipedia, algo tendenciosa, frente al comunismo de Goldman, ella se definió como defensora de la propiedad individual, algo muy propio de la tradición estadounidense, pero donde tal vez pueden hallarse ecos de Max Stirner. Al mismo tiempo, consideró Voltairine que la competencia no sería nunca anulada del todo por la cooperación e incluso sería bueno que así fuera, algo que recuerda a la filosofía de Proudhon y sus antinomias en equilibrio permanente sin una instancia superadora (como en la dialéctica hegeliana y marxista). A pesar de todas esas afirmaciones, como veremos más adelante, el pensamiento de Voltairine irá oscilando hacia otros derroteros dentro del universo libertario; lo que sí puede decirse, de esta autora y del anarquismo en general, es que no creía en nada preconcebido a nivel social y que los diferentes modelos libertarios, en ausencia de una autoridad coercitiva, deberían ser puestos en práctica y demostrarse así cuál es más efectivo.

Habrá quien esté tentado de incluir a la figura de Voltairine de Cleyre en esta tradición ultraliberal, ese supuesto individualismo norteamericano que llega hasta la actualidad con esa aberración de los libertarians y esa falacia del anarcapitalismo; desgraciadamente, hay toda una apropiación actual de lo libertario, en incluso del anarquismo, pero por supuesto poco o nada que ver. Volviendo a la figura que nos ocupa, Voltairine puede catalogarse de anarquista sin ninguna duda, ya que apostaba por la libertad en sentido amplio y estuvo al lado siempre de los más humildes y oprimidos, creyó siempre en la emancipación de las clases más baja a través de la cultura; como veremos, enseguida, tendrá además una evolución ideológica que dificulta etiquetarla sin más.

Bien es cierto, tal y como aclara David Martín Sánchez, autor del reciente libro Voltairine de Cleyre. La perla del anarquismo, es que si con frecuencia se considera esta figura dentro del individualismo es por haber considerado siempre que al comunismo le faltaba la intimidad; como es lógico, criticaba toda concepción socialista paternalista y burocrática, que anulara el desarrollo y la libertad individuales.

Como buena anarquista, Voltairine defendía la igualdad y la emancipación femenina por cauces diferentes a los de las sufragistas de su época. Coincidía con Emma Goldman en concebir el matrimonio como una prisión para la mujer, aunque al parecer fue más allá todavía y acabó criticando incluso la unión libre, ya que consideraba que la convivencia en ese sentido anulaba el desarrollo vital e intelectual del individuo. No obstante, insistimos, aunque se podría calificar a esta mujer como partidaria del anarcoindividualismo en un primer momento, proclive a un mutualismo proudhoniano que dio tanto juego en el siglo XIX en Estados Unidos, ya hemos dicho que sufrió una considerable evolución y luego, sin tal vez abrazarlos, comprendió también los postulados del comunismo libertario. Puede decirse que se adhirió finalmente a un anarquismo sin adjetivos del estilo de Ricardo Mella o Tarrida del Mármol combatiendo toda etiqueta.

De hecho, algo primordial en su evolución, en 1897 Voltairine hará un viaje a Gran Bretaña donde permanecerá durante cuatro meses y se entrevistará con Louise Michel, Rudolf Rocker, Max Nettlau y Kropotkin, que definirá como uno de los grandes hombres que había dado Rusia al igual que Tolstói. Otro hecho, semejante al de los mártires de Chicago, que le impresionó enormemente y que provocará quizá otro giro en su pensamiento fue conocer a anarquistas españoles que habían sido torturados en Montjuic. Era así hasta el punto que pasará de un anarquismo tolstoiano, más bien radicalmente pacifista, a ser partidaria de una acción directa y, si no a justificar, a comprender a veces ciertos actos violentos desesperados por parte de los libertarios. En 1911, conoció también la Revolución Mejicana, y el pensamiento de Ricardo Flores Magón, entusiasmándose con todo ello, iniciando una gran campaña de apoyo y escribiendo de manera regular en el periódico Regeneración del propio Magón.

Hay que decir que en 1902 sufrió un atentado por parte de un antiguo alumno, donde al parecer entraron en juego temas personales de celos, por lo que quizá hoy lo catalogaríamos de crimen machista o de género. El atentado debilitó aún más su frágil salud, con diversas enfermedades crónicas, y Voltairine murió joven en junio de 1912. Desconocemos como hubiera seguido evolucionando, a diferencia de Emma Goldman, que vivió la Revolución rusa y la revolución española durante la guerra civil. Aun así, creemos que su figura merecer ser recordada dentro del rico universo anarquista.

Capi Vidal

Kropotkin y la Revolución Bolchevique

Como es sabido, Kropotkin fue geógrafo de profesión. Destacó, en ese aspecto, por los descubrimientos efectuados en el curso de dos expediciones en Siberia y Manchuria (1864), y en Finlandia y Suecia. Como gran interesado en cuestiones políticas y sociales, con 25 años se afilió en Suiza a la Primera Asociación Internacional de los Trabajadores como defensora de los principios socialistas, aunque su adhesión al anarquismo le obligó a finalmente abandonarla y acabaría convirtiéndose en un gran filósofo, en un meticuloso investigador y en uno de los pensadores libertarios más representativos.

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