Leyendo los textos de una figura marxista como Rosa Luxemburgo (1871-1919) se puede apreciar en qué medida se oponen al espíritu totalitario que caracterizó el comunismo nacido en la Revolución rusa de 1917. Una crítica lúcida al desarrollo del socialismo de Estado no puede limitarse a Stalin, como tantas veces se hace, sino comenzar con Lenin y Trotski. El militarismo prusiano asesinó de forma canalla, en la noche del 15 de enero de 1919, tanto a Luxemburgo como a su compañero Karl Liebknecht, dos destacadas figuras del movimiento socialista alemán de comienzos del siglo XX.
Anarquismo social o anarquismo personal. Un abismo insuperable es un libro de Virus, que recupera un texto de Murray Bookchin de 1995. El ensayo fue escrito en un momento, tal y como el autor considera, en el que el anarquismo se encontraba en un punto de inflexión dentro de su larga y agitada historia. Aunque discrepemos con algunas de las cosas que Bookchin sostiene, estaremos de acuerdo en esencia en que las ideas anarquistas son, y deben ser, eminentemente sociales.
Entrevista realizada por Guillem Muñoz Mayoral y Laura Bonastre Farran
Laura vicente es doctora de Historia por la Universidad de Zaragoza y catedrática de historia de la enseñanza secundaria. Es especialista en historia social e historia de la mujer, especialmente de España. En línea con el especial interés que tiene por las iniciativas sociales de raigambre anarcofeminista y por los movimientos sociales, ha publicado obras como Historia del anarquismo en España (2013), Mujer contra mujer en la Cataluña insurgente: Rafaela Torrents (1838-1909) y Teresa Claramunt (1862-1931) (2018) o La revolución de las palabras: La revista Mujeres Libres (2020). Actualmente también imparte algún curso sobre la organización Mujeres Libres en el espacio Crisi de Barcelona y Forma parte del equipo de redacción de la revista Libre Pensamiento que edita CGT y de la revista de historia XIX y veinte.
Con este artículo, repasamos someramente lo que ha supuesto en los últimos 30 años la teoría queer, con su permanente crítica de la construcción de una identidad sexual ajustada a lo que se considera normalidad social, ya que considera que en ella intervienen factores muy complejos a tener en en cuenta, y su innegable vínculo con un anarquismo siempre propiciador de que las minorías posean sus propios mecanismos de expresión.
Durante la Guerra Civil Española, en la zona republicana, especialmente en Cataluña, Levante y Aragón, tuvo lugar una importante práctica autogestionaria; puede considerarse uno de los experimentos sociales más importantes del siglo XX.
Después de la Primera Guerra Mundial, Benjamin descubrirá, como tantos intelectuales judíos, el marxismo. No obstante, una fuerte veta anarquista permanecerá en su pensamiento, gracias a su empeño porque ambas corrientes llegaran a complementarse.
Los amigos de la sistematización sitúan la evolución del anarquismo, del anarquismo moderno al menos, de la siguiente manera: Proudhon, Bakunin, Kropotkin, Malatesta… Después de estos nombres, no todos coinciden, e incluso parece que antes hay discrepancias sobre la importancia o aportación de según qué autores. En cualquier caso, los tres primeros nombres antes mencionados son indiscutibles para los propios anarquistas y respecto a Malatesta, parece existir controversia sobre su aportación u originalidad de pensamiento, pero es un nombre fundamental como divulgador, en cualquier caso, y por su lucidez para matizar según que aspectos excesivamente rigidos en la filosofía de sus predecesores.
El anarquista es un escéptico o incrédulo. Hay quien afirma que (casi) toda la historia de la filosofía política ha sido un esfuerzo para justificar la «autoridad de la coacción legítima». La mayoría de las personas creen en el Estado sin cuestionarse de donde mana la obligación de obedecer la ley.
Bookchin es, incuestionablemente, uno de los grandes pensadores libertarios contemporáneos. Su visión de la ecología social, que vincula estrechamente el mundo social y político con la naturaleza, cuestionando las relaciones jerárquicas al considerarlas como una grave amenaza para la dinámica integración de la diversidad, merece ser tenida en cuenta ante los grandes problemas que afronta la humanidad.
Emma Goldman murió en Toronto el 14 de mayo de 1940, estaba a punto de cumplir 71 años. Su vida fue un torbellino de experiencias y de compromisos, vivió la vida de forma apasionada, diversa y contradictoria. Ella misma dijo en su autobiografía que «estaba hecha de diferentes madejas, cada una diferente a la otra en tono y textura», no se definía a través de una sola identidad, o «madeja», sino que su vida la componían muchas identidades que ella trataba de hacer convivir.
Un espacio en la red para el anarquismo (o, mejor dicho, para los anarquismos), con especial atención para el escepticismo, la crítica, el librepensamiento y la filosofía en general