Quienes nos proclamamos revolucionarios deberíamos saber que, si tomar nuestros deseos por realidades es engañoso para nosotros mismos, aún resulta más perjudicial cuando intentamos propagar social y políticamente ese autoengaño revistiéndolo con el ropaje de lo factual.
Sin duda, debemos celebrar como una importante muestra de rebeldía y de dignidad popular el hecho de que el pasado 27 de septiembre decenas de miles de personas se movilizaran en todo el país para protestar con rabia por el genocidio que Israel está cometiendo en Gaza. Como suele ser habitual estos últimos años, buena parte de las manifestaciones estaban compuestas por un gran proporción de personas jóvenes, muchas de ellas mujeres.
Somos críticos con toda visión teleológica, y aun suponiendo que la historia tenga algún sentido, tal como se manifiesta en el prefacio de La voluntad del pueblo, las personas que componen los movimientos sociales pueden cambiar esa orientación gracias a las ideas y a la consecuente acción transformadora.
Cuando miramos lo que queda del glorioso y espectacular movimiento anarquista cuya plenitud podemos situar entre la segunda mitad del siglo XIX y la primera mitad del siglo XX nos adviene la tristeza y la nostalgia, pues no está de actualidad. Esos 100 años de anarquismo vieron las obras teóricas de Bakunin, Kropotkin, Proudhon o Malatesta, junto a obras prácticas como la Comuna de Paris o las comunidades anarquistas en la España de la guerra civil en Cataluña y Aragón. Produce pena que hoy no haya pensadores como aquellos ni gestas como aquellas, pero, precisamente, el anclaje del anarquismo en esos pensadores y hechos, son los que impiden que ahora haya otros semejantes.
“La historia de los pueblos que tienen una Historia es la historia de la lucha de clases. La historia de los pueblos sin Historia es, diremos con la misma verdad, la historia de su lucha contra el Estado”. Pierre Clastres
Recientemente, Virus ha publicado una nueva edición de la imprescindible obra La sociedad contra el Estado, de Pierre Clastres, con prólogo de Carlos Taibo. Clastres nació en París en 1934 y, desgraciadamente, desapareció de forma muy temprana en 1977 debido a un accidente automovilístico. Su trabajo antropológico se centró, sin perder la perspectiva filosófica, ni el compromiso político, en el estudio crítico de las sociedades sin Estado, o mejor denominadas antiestatales, tratando de desprenderse del etnocentrismo evolucionista1 propio de la época, que las consideraba ancladas en una especie de estadio primigenio incompleto. Por lo tanto, el gran prejuicio etnocentrista es considerar el Estado un término necesario a toda sociedad en función de un modo de entender la evolución, por lo que las sociedades consideradas primitivas, según esta visión, estarían determinadas negativamente por sus carencias: sin Estado, sin escritura, sin historia y con una economía de subsistencia al no tener economía de mercado. Clastres se preguntará qué hay de cierto en todo esto y el enfoque de su trabajo será, renunciando a catalogar a ciertas sociedades como primitivas al estar carentes de algo supuestamente fundamental y producto del desarrollo histórico como el Estado, estudiarlas como comunidades más libres e iguales, con más tiempo para el ocio y menos obcecadas en la producción económica una vez satisfechas las necesidades básicas. Por supuesto, las propuestas de Clastres causaron impacto en su momento y generaron polémica, con enormes críticas no siempre razonables y con apelativos a su persona que no merece la pena reproducir.
No nos cansamos de repetir, con pertinaz y legítima insistencia, que el desprestigio de las ideas anarquistas resulta inacabable. Así, es necesario indagar en lo que el medio de comunicación de masas por excelencia, el cine, ha representado sobre el anarquismo.
Sigue existiendo un gran número de anarquistas que continúan identificándose estrechamente con la izquierda política de una forma u otra, pero cada vez hay más sujetos dispuestos a abandonar gran parte del peso muerto asociado con la tradición de izquierda. Las páginas de este texto están dedicadas a comenzar una nueva exploración de lo que está en juego al considerar si se tiene algún Seguir leyendo ¿Anarquismo post-izquierda?→
Este artículo examina una variedad de usos que se dieron a la palabra «anarquía» y sus derivaciones a partir de las fuentes griegas antiguas. Tal vez no sea sorprendente que la mayoría de los casos indiquen que la aplicación negativa de la palabra como sinónimo de confusión y desorden prevaleció entre los tiempos antiguos; sin embargo, también hay varios usos eminentemente políticos, que son bastante reveladores en su prefiguración de los valores anarquistas contemporáneos, es decir, la referencia de los atenienses a 404 a.C. como el “año de la anarquía”; los usos de la palabra por Platón y Aristóteles en sus críticas a democracia y la asociación de la anarquía con las acciones desafiantes de Antígona en las obras de Esquilo y Sófocles.
Voy a hacer una brevísima reseña del anarquismo poco tiempo antes, durante, y después de Venecia 84. Pero en estas jornadas, las de 2024, que constituyen una suerte de retorno al presente de Venecia 84, resulta ineludible mencionar a los organizadores y las organizadoras del evento de hace cuarenta años porque, incluso antes de que este tuviera lugar, su iniciativa y su acción ya estaban en plena consonancia con lo que iban a ser las características y el significado del propio evento.
El arte de volar, escrita por Antonio Altarriba y dibujada por el popular Kim, novela gráfica muy premiada, editada ya hace unos años, es una inmejorable obra para disfrutar por parte de los aficionados al cómic, introducir a los profanos y, más importante, recuperar algo de la muy maltratada memoria histórica en España.
El capitalismo, (incuestionable para tantos), la sociedad de consumo (con su frívolo atractivo y sus vacuos valores) y la democracia representativa (con sus continuos e inefables salvadores) parecen haber seducido a la mayor parte de la sociedad. ¿Es posible una nueva conciencia libertaria y subvertir el estado de las cosas?
Un espacio en la red para el anarquismo (o, mejor dicho, para los anarquismos), con especial atención para el escepticismo, la crítica, el librepensamiento y la filosofía en general