Uno de los grandes cambios que veremos en este siglo XXI, que afectará no sólo a la organización social y política de los tiempos por venir sino a la misma concepción del ser humano, es el referido al trabajo y al lugar de la noción de trabajo entre nuestros valores. El estatus del trabajo ha sido central en las sociedades occidentales (medievales, industriales y post-industriales) llegando a constituir Seguir leyendo El trabajo: Una idea-fuerza debilitada
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Socialismo y libertad
Hablar de socialismo a estas alturas en la jerga política, es algo que no conlleva una transformación social verdadera. Voy a obviar las dos corrientes estatalistas del socialismo, el llamado «socialismo real», que conllevó desastrosas consecuencias, y la socialdemocracia, o «cara amable» de un siempre dañino capitalismo (al que algunos solo se le ven sus males, como a ciertas enfermedades, cuando afecta al bienestar del primer mundo).
Carta de Amiens
Entre los días 8 y 16 de octubre de 1906 se celebró en la ciudad francesa de Amiens el XV Congreso Nacional de la Confédération Générale du Travail. La CGT francesa era una organización sindical fundada en Limoges en septiembre de 1895, en la que ejercían una destacada influencia los anarquistas, entre los que destacaba Fernand Pelloutier, inspirador en 1892 de las Bourses du Travail. Esa orientación se puso de manifiesto en 1906, cuando el citado congreso aprobó una resolución, conocida popularmente como Charte d’Amiens (Carta de Amiens), que sentaba los principios del sindicalismo revolucionario de inspiración anarquista: el anarcosindicalismo. Animadas por estos mismos principios, en diciembre de 1922, organizaciones sindicales europeas y americanas reconstruyeron en Berlín la Asociación Internacional de Trabajadores (AIT), continuadora de la Primera Internacional bakuninista.
¿Anarquismo o barbarie?
El desarrollo económico, técnico y del saber del mundo ha roto, en el mundo en el que vivimos, las morales y las ideologías dejando a los humanos en “pelota” doctrinal. En situaciones de crisis como esta, por comodidad y urgencia, se suele recurrir a doctrinas que están en la buhardilla de los modos de pensar envejecidos. Y por eso aparece hoy en día de nuevo, en los medios intelectuales, la solución nihilista. Que al negar los valores en general parece que explica lo acaecido, cuando en realidad únicamente ofrece un relativismo que llega, al negarse a analizar críticamente el mundo, a una parálisis progresiva de la acción que sobre el mundo podríamos ejercer. El nihilismo actual, heredero del de Nietzsche a través, entre otros, de Foucault, es una vía, la más fácil y casi natural (pues es un dejarse ir) de ocultar la estructura de la sociedad actual y así evitar el tener que proponer una vida nueva que contrarreste eficazmente, término este muy odiado por estos relativistas, los efectos nefastos de esta sociedad.
El nihilismo de hoy está convirtiendo a algunos anarcos en anarco-plañideras, que se limitan a denunciar el mal, ya que esta cuasi-doctrina considera el Poder como algo invencible ante el cual sólo queda el recurso del gemido. El miedo ante ese Poder, que ellos magnifican, les hace olvidar los intereses comunes y “resuelven” sus problemas en oraciones breves y fervorosas, en jaculatorias sollozantes. La anarquía puede quedar reducida a un simple “Muro de las lamentaciones” donde se dan cita, para llorar, los neo-nihilistas de ahora. Todo quedará en gritos y llantos.
El mal, en lugar de localizarlo en el mundo real que nos rodea, se cristaliza en conceptos a los que se concede un estatuto de realidad. Es que este fundir en uno el nombre y la cosa nombrada ha sido una característica del nihilismo desde siempre. Se llega así a un “intelectualismo” que gusta por lo fino que es, ya que con él podemos jugar “in mente” con los conceptos-problemas, sin necesidad de mancharse las manos ni sudar.
Dice Bookchin que su inquietud hoy, no reside en la ausencia de garantías de que aparecerá una sociedad libertaria sino en “si alguna vez de luchará por ella”, en un período tan desesperado y decadente. El sólo maldecir el mal que se nos hace, sin oponer una resistencia activa, conduce, querámoslo o no, a pedir un “salvador”, alguien que nos “dé la libertad”. Pero lo que los anarquistas querían era, precisamente, la supresión de las donaciones.
Hay que luchar por nosotros, no llorar por nosotros.
Antonio López Campillo
Prólogo al libro Historia, civilización y progreso, de Murray Bookchin
El anarquismo en la relaciones internacionales
Para explicar por qué un Estado (país o gobierno) hace aquello o lo otro, a nivel internacional, los analistas internacionales recurren a diversas teorías o paradigmas.
En relaciones internacionales, se suele afirmar que el sistema internacional es anárquico dado que no existe un gobierno mundial Seguir leyendo El anarquismo en la relaciones internacionales
El anarquismo y la propiedad
¿Qué quiso decir Proudhon con su conocida frase «La propiedad es el robo»? ¿Cómo contempla el anarquismo la cuestión de la propiedad? Incluso ateniéndonos a un anarquismo decimonónico, la respuesta no es ni debe ser dogmática.
El anarquismo nació como una corriente socialista que no consideraba dispensable la libertad, proponía la colectivización de los Seguir leyendo El anarquismo y la propiedad
Rafael Cid: «Hay que disociar los movimientos que han nacido de la horizontalidad de los partidos que pudieran prometer un asalto al poder»
Rafael Cid es periodista, analista político y uno de los pensadores anarquistas actuales. Fue jefe de redacción de la revista Cambio 16 y miembro del equipo de investigación del diario El País. Premio Ortega y Gasset de periodismo, en la actualidad escribe en diferentes medios alternativos ligados a los movimientos sociales y al activismo ciudadano. Conferenciante, es asiduo colaborador del periódico Rojo y Negro y de Radio Klara, además de prologuista del libro La ficción democrática (La Linterna Sorda, Madrid 2013). Seguir leyendo Rafael Cid: «Hay que disociar los movimientos que han nacido de la horizontalidad de los partidos que pudieran prometer un asalto al poder»
“Anarquismo y religión”, por Nicolas Walter
Nicolas Hardy Walter (1934 – 2000) fue un escritor, orador y activista británico, anarquista y ateo. Uno de sus libros más celebrados, «Sobre el anarquismo» (1969), fue traducido a múltiples lenguas. El texto a continuación está basado en una charla ofrecida en la South Place Ethical Society el 14 de Julio de 1991. Además sirve un doble propósito: está lleno de referencias a personajes y eventos históricos a los que hemos agregado enlaces para mayor investigación. Recomendamos además otro texto que dedica notables palabras a este tema, de Herbert Read, «La Filosofía del Anarquismo». Asimismo, «Anarquismo y religión: otra vuelta de tuerca», de Capi Vidal (donde a su vez reseña a otros entendidos compañeros como Charles Malato, Aníbal D’Auria y al mismo Read).
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Nosotros no votamos
Ante las próximas elecciones habíamos pensado publicar un artículo explicando que los anarquistas no votamos y lo que significa esa opción. Queríamos incidir en la inutilidad de desalojar del poder a unos para que se encaramen otros, por muy progresistas, izquierdistas y demás que se proclamen. Pero nos cayó en las manos una carta de Élisée Reclus (1830-1905) y nos pareció que resultaba muy oportuna en estos momentos. La reproducimos traducida.
Encuentro Libertario en Évora
Los pasados días 28 y 29 de abril se celebró un encuentro libertario en Évora, ciudad portuguesa, organizado por la revista A Ideia, el Projecto Mosca y el Portal Anarquista, que contó con la asistencia de alrededor de 60 personas ligadas, por militancia o por simpatía, con las ideas antiautoritarias. De Portugal estuvieron presentes compañeros pertenecientes (pero no necesariamente en Seguir leyendo Encuentro Libertario en Évora