La «guerra» estalla de nuevo en Gaza. Dicen los telediarios que entre Israel y Hamás. Lo que nadie ha sabido explicarme, es por qué si la guerra es entre Hamás e Israel, el ejército israelí está bombardeando indiscriminadamente Gaza. No me explican por qué ministros del Estado de Israel aseguran que la gente de Gaza son meros animales que pueden ser exterminados, cuando el enemigo es Hamás. ¿Por qué les cortan agua, luz, alimentos, comunicaciones, suministros médicos a civiles indefensos, si Hamás es el objetivo? ¿Por qué arrasan barrios enteros, si sus enemigos son los miembros de Hamás? La doctrina israelí de «respuesta desproporcionada» no explica esa barbaridad que estamos viendo. Es una verdadera locura.
Seguir leyendo Los Estados y el problemaAnarquismo, relativismo y valores universales
En el debate sobre la vigencia del anarquismo moderno y la adaptación de las ideas libertarias a la sociedad posmoderna, uno de los focos suele ser la cuestión de los valores universales y del relativismo cultural. Esta crítica a valores absolutos suele ir acompañada al etnocentrismo y supuesta superioridad de Occidente, que ha justificado históricamente el colonialismo y el imperialismo. ¿Qué sostiene el anarquismo sobre ello? ¿Los más bellos valores, como la libertad, la igualdad o la solidaridad, son universales?
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Vuelve la guerra a Palestina. La paz pasa por el reconocimiento de la soberanía del pueblo palestino
La mañana del 7 de octubre, un sábado, comenzó con un ataque de Hamas contra algunos asentamientos israelíes cercanos a la Franja de Gaza. Los milicianos, que lanzaron 7.000 cohetes y realizaron incursiones por tierra, secuestraron civiles y mataron a cientos de personas en el 50º aniversario de la Guerra del Yom Kippur. Esto generó una contundente respuesta del gobierno del Estado hebreo, que ha declaró el estado de guerra.
Seguir leyendo Vuelve la guerra a Palestina. La paz pasa por el reconocimiento de la soberanía del pueblo palestinoLibertad y nexos sociales en las ideas libertarias
Insistimos, desde el anarquismo, en la solidaridad como nexo social, lo que implica el ejercicio de ser libre en cada individuo y la posibilidad de que esa convivencia se produzca en paz.
Kant afirmó, ante la cuestión de si nuestros actos espontáneos y libres acaban con la destrucción de la sociedad, que el nexo social forma parte de nuestra naturaleza. De esta manera, según el filósofo alemán, el hombre avanza moralmente mediante el uso de su razón, por lo que existiría una especie de determinismo positivo hacia el perfeccionamiento. Hay que insistir en la fe de Kant en el progreso; no se habría producido un paso brusco del estado de la naturaleza al estado civil, son necesarios unos cuantos pasos previos antes de la aparición de la moralidad.
El librepensamiento y la propaganda oficial
En una conferencia de 1922 así titulada, Bertrand Russell alertaba sobre los peligros en torno a la libertad de pensamiento, por mucho terreno que pareciera que se hubiera logrado. Casi un siglo después, con una concepción del progreso que hay que cuestionar tanto o más que en aquel momento, merece la pena que atendamos a lo que dice el genial filósofo.
Anarquismo y religión, unas nada modestas reflexiones
Alguien dijo, tengo que reconocer que con un tono sarcástico encomiable, algo así como que si los ateos empleamos tanto tiempo en hablar de ese ser de ficción que la historia ha llamado Dios es porque, en el fondo, somos fervorosos creyentes (no recuerdo si dijo exactamente ese adjetivo, pero lo añado yo, que tampoco estoy exento de buen humor). El caso es que, es cierto, a poco que se eche un vistazo a este lúcido blog, se verificará que no pocas veces lo he dedicado a una crítica feroz a las creencias religiosas. Luego incidiré en motivos más profundos, pero también reconozco que me inquieta sobremanera la capacidad que tiene el homo sapiens para arrodillarse ante entes sobrenaturales y generar toda una suerte de ritos disparatados alrededor. Y, efectivamente, no distingo demasiado entre religiosidad, idolatría o creencias fantásticas; creo que los que lo hacen es por intereses muy concretos de defender sus propias convicciones ultraterrenales y adornarlas con una terminología más asumible. En los orígenes de la modernidad, las filosofías críticas con la religión, entre las más radicales se encontraba la libertaria (¡santa anarquía!), observaron algo que parece muy evidente: la creencia religiosa convertía la existencia más soportable a los humildes y trasladaba un posible bienestar a una realidad sobrenatural en forma de paraíso.
Seguir leyendo Anarquismo y religión, unas nada modestas reflexionesProudhon y la religión: Dios es el mal
La relación de Proudhon con la religión es, tal vez, algo ambigua. Parece ser que Daniel Guerin llegó a decir que el pensador francés no se liberó nunca por completo de su formación cristiana. Una obra como Proudhon y el cristianismo, de Henri de Lubac, Seguir leyendo Proudhon y la religión: Dios es el mal
Anarquismo y post-anarquismo. Similitudes y diferencias
«El post-anarquismo puede ser visto, entonces, como una serie de estrategias político-éticas contra la dominación, sin garantías esencialistas y las estructuras maniqueas que condicionan y restringen al anarquismo clásico. Se podría afirmar la contingencia de los valores e identidades, incluidas las propias, y afirmar, en lugar de negar, la voluntad de poder. Sería, en otras palabras, un anarquismo sin resentimiento.»
El anarquismo y la política del resentimiento, Saul Newman
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El catolicismo y la libertad religiosa
Hay personas que confunden la crítica, en mi caso, tan feroz como razonada, con una suerte de censura, motivos ocultos, manía antialgo e incluso, abundaremos en ello más adelante, con una persecución represiva y violenta. Voy a dedicar mi (sobradamente) lúcida columna de hoy, como se ve en el título, a una cuestión religiosa muy concreta, pero extiendo el razonamiento a cualquier otro ámbito. Insisto, cuando uno se muestra razonable y radicalmente crítico, algo que me parece indispensable para el avance hacia alguna parte (vamos a presuponer que es hacia adelante), gran parte del personal tuerce el morro y se queda observando el dedo que señala sin atender a argumentos sólidos ni profundización alguna. Es una tendencia obvia, del ser humano, el acomodo intelectual (y moral), y la clase dirigente siempre se aprovechará de ello con discursos básicos, vacuos o manidos, si no directamente falacias. Es más, creo que el autoritarismo y la violencia están tan arraigados en el vulgo que, como ya insinué al principio, si uno se declara sin ambages anticlerical inmediatamente muchos lo identifican con comerse a los curas y quemar iglesias. En otras palabras, que si te muestras contrario a una determinada organización, y a la clase mediadora (por lo tanto, autoritaria) que la sustenta, seguro que eres un elemento violento.
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